Hola Martin:
Sí, hola. Probando 1, 2, 3. Dejemos de probar, no crees? Ya todo encaja, solo eso. Ha sido tan difícil hablar de aquello, tantas mentiras por parte mía cuando lo único que tu querías era sinceridad. Sí, yo te defraudé y lo he estado haciendo constantemente sin saber que al final saldría todo mal. No fue un juego, fue algo de confusión, de no tener las cosas claras, de que "las cosas pasaran solas" y "veamos qué pasa", y perdí, por confiar en el destino y esa maldita inexperiencia, tal vez.
¿Recuerdas cuando me preguntaste "qué sientes al abrazarme?"? Yo sentía todo, y no te dije nada, sentía esa estabilidad, ese balance que necesitaba, esa confianza y seguridad que solo tú me dabas, y solo con abrazarme. En ese momento inventé una salida rápida, un escudo que cubriera mis verdades para seguir con sentimientos reprimidos, lo peor. O esta otra cuando dijiste "me quieres?", mi respuesta fue "un poco", en mi mente estaba un "sí, y mucho, y quiero regresar de este viaje ahora mismo solo para verte guiñar el ojo o leyendo tu Chiavenato y comentando algunas cosas que no entiendo aún o simplemente viéndote respirar(nuestra cosa en común), y porque desde que he llegado no he dejado de pensar en ti, y no por este frío infernal(contradicción) ni por el calor que me estarías brindando, sino porque de verdad te necesito aquí, para que recorras conmigo todo Cusco y elijas la gringa que tanto quieres (de paso encuentres una buena sandía para compartirla)".
No hay comentarios:
Publicar un comentario