viernes, 10 de noviembre de 2017

AUDIOS DE ARTÍCULOS

BRUNELA OLENKA VILLANUEVA MORILLO, 23 AÑOS, LIC. CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN UDEP GLORIA JULIANA ESPINOZA DAVILA, 22 AÑOS, LIC. CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN USMP FILIAL NORTE

DEMOCRACIA DEGRADADA


RESUMEN:
Los medios de comunicación cumplen una importante y delicada función social; así como desempeñan un papel destacado en la formación de la opinión pública, pueden dejar impactos significativos en sus audiencias; ello les exige un desempeño socialmente responsable basado en un compromiso ético.
PALABRAS CLAVE: globalización, medios, participación ciudadana, comunidad, libertad de expresión, responsabilidad social.
DEMOCRACIA DEGRADADA
Se han agilizado procesos y se han generado nuevas formas de interacción que nos obligan a adaptarnos para mantenernos comunicados. La globalización recién comienza, con cambios en casi todos los aspectos de nuestra vida, privada, social, cultural, económica y política, por ejemplo, establecer un régimen político para todos.
Una de las más importantes consecuencias de todo este fenómeno es el internet, que  viene  influyendo en los medios de comunicación. Desplazó a unos, complementó a otros y mejoró muchos más. Una de sus características es la velocidad de la difusión y el gran alcance que puede tener actualmente, lo que significa que quien esté a cargo, no solo tiene una gran responsabilidad, sino también, un gran poder.
Los gobernadores y dueños de empresas privadas saben esto, y quieren extender su terreno en los medios de comunicación. Las transnacionales saben que pueden llegar a ser focos de concentración, sentido y poder. Bernardo Diaz Nosty, en su artículo Sociedad digital y pensamiento único nos indica que  el poder asignado a la prensa ha cambiado de manera significativa, y no es tan democrática como antes. Porque los medios ya no responden a corrientes ideológicas plurales como antes. Hoy responden, significativamente, a intereses mercantiles que son, a su vez, expresión de un modelo determinado de sociedad. El secuestro de la antigua función social de los medios tiene como resultado una profunda transformación de la consideración de su objetivo finalista, esto es, del receptor o de la audiencia, al que se priva, en buena medida, de su condición cívica, como sujeto de derechos políticos y públicos, para magnificar su condición privada de consumidor.
No es solo una expansión tecnológica, también es una crisis ideológica, lo que conlleva a una mejor manipulación de la sociedad para fines cualquiera. Influyen en su toma de decisiones, imponen una manera de ver el mundo. Provoca también falta de pluralismo, crisis en valores e imaginación. Dejan de ser capaces de analizar, interpretas, confrontar y comprender los mensajes, y se vuelven consumidores o adeptos.
Otro fenómeno desencadenado es la degradación de la democracia. La crisis anteriormente mencionada significa una minúscula participación ciudadana. La sociedad apenas reconoce sus amenazas, a veces actúa, otras prefiere mantenerse al margen.
En este contexto, los medios tienen la capacidad de cumplir un rol preponderante en el fortalecimiento de las democracias siempre que ejerzan su rol de manera independiente, sin que primen intereses políticos, económicos o ideológicos en el tratamiento de la información.
Para fomentar la participación, los ciudadanos requieren de  medios de comunicación distintos a los que están acostumbrados, aquellos que se dirigen al público como una población anónima y con información general, usualmente mass media. En ese sentido, se propone el uso de medios alternativos de comunicación que permitan a los ciudadanos expresar, difundir y conocer los problemas locales, de modo que, en colaboración con otros integrantes de su comunidad, encuentren soluciones que atiendan sus necesidades como comunidad y sus problemas colectivos. Así nos centramos y reforzamos nuestra identidad, para complementar con el resto. Estos medios alternativos representan la multiplicidad de voces, nuestro pluralismo.
Interviene la comunicación comunitaria, una comunicación centrada en mejorar las condiciones de vida de las comunidades. Es un proceso que implica un esfuerzo para dar sentido a los mensajes dentro de ese contexto; incluye el conocimiento entre habitantes, el intercambio de inquietudes,  para llevar a cabo la transformación de la comunidad. Para llevar a cabo esta práctica, es necesario involucrarse directamente con los habitantes, para después saber cómo adaptar los medios para el uso local o cualquier otro objetivo.
No solo se estudia a la población, ella también participa de este proceso y se le brinda las herramientas para que ella misma descubra, planifique y brinde soluciones a las problemáticas existentes. Se convierte en una red para mejorar el entorno. Ellos deciden quiénes ser, sus aspiraciones, sus necesidades y cómo satisfacerlas. Así, todos ganan.
La idea es hacer valorar su carácter ciudadano, sin necesidad de avanzados medios. De tener en cuenta sus valores y mantener la colaboración.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Para Miguel Carbonelli, la libertad de expresión es una de las condiciones de existencia y de posibilidad de un régimen democrático; en otras palabras, la libertad de expresión es condición necesaria (aunque no suficiente, desde luego) para que se pueda considerar que en un determinado país hay democracia.
La libertad de expresión tiene una dimensión individual y una dimensión social. En su dimensión individual, la libertad de expresión no basta con hablar o escribir, sino que comprende además qué medio es apropiado para difundir el pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios. Por el otro lado, en su dimensión social la libertad de expresión es un medio para el intercambio de ideas e informaciones y para la comunicación masiva entre los seres humanos. Implica el derecho de todos a conocer opiniones y noticias.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Pensar en responsabilidad social implica reflexionar también en lo que los medio producen y difunden. Así como tenemos la capacidad de manejar nuestros medios en beneficio nuestro, merecemos de los medios generales cierto cuidado con el contenido.
Para entenderlo mejor, citamos una definición pertinente de Schwalb y Malca (2005: 103): “La responsabilidad social es una filosofía, una actitud o forma de ver la vida que implica que tomemos en cuenta el efecto que nuestras acciones y decisiones sobre el entorno físico y social. En otras palabras, ser socialmente responsable significa ser consciente del daño que nuestros actos pueden ocasionar a cualquier individuo o grupo social”. De esta manera, los medios de comunicación también pueden mantener buenas relaciones con todos sus stakeholders y ser socialmente responsables.
De acuerdo con la Norma ISO 26000, se define como la responsabilidad de una organización frente a los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad; tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas; e integre a toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones.
Se relaciona con los medios de comunicación porque estos cumplen un rol muy importante en la sociedad y deben contrastar su información, ya que esta veracidad y transparencia influye en las decisiones que tomen las personas en su día a día. En este caso, debe cumplir con los más altos estándares establecidos por la ley y por sus propios mecanismos de autorregulación, no solo de alcance nacional, sino global.
CONCLUSIÓN:
A pesar de  la globalización y la constante pelea por el poder, sociedades refuerzan su identidad, y como tal, son insertadas en este nuevo mundo, no para ser igual, sino para ser diferente  y enriquecer el aspecto multicultural. Sin embargo, también luchan, por un contenido de calidad.
REEFERENCIAS: 
   Frances J. Berrigan, La comunicación comunitaria. Cometido de los medios de comunicación comunitaria en el desarrollo, París, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1981, pp. 7, 8
-          García Canclini, Néstor (1999). La globalización imaginada. Paidós
-          McBride, S. (1980). Un solo mundo, voces múltiples, comunicación e información en nuestro tiempo. París: UNESCO.
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n48/bienal/mesa12.pdf

GLOBALIZACIÓN, MEDIOS Y CULTURA

RESUMEN:
En este artículo enfatizamos la influencia que ha tenido la tecnología en los medios, y cómo estos últimos modifican y crean estilos de vida, percepciones y costumbres. De esta manera se crea la cultura. Pero este fenómeno puede hacer prevalecer la multiculturalidad u homogeneizar la sociedad. 
PALABRAS CLAVE: tecnología, globalización, medios de comunicación, influencia, cultura, ciudadanía.

A partir de la segunda mitad del segundo milenio, se vive una etapa llena de tecnología, donde la sociedad se encuentra en permanente cambio e indirectamente revoluciona lo establecido hasta entonces. También ha desarrollado nuevas formas de comunicación e interacción, y con ello, cultura. Otro hecho importante, que abarca todos los ámbitos, es la globalización, que trajo consigo efectos positivos y negativos.

MEDIOS COMO FORMADORES DE CULTURA

La cultura, en su sentido etnográfico, es todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto que miembro de la sociedad; y la identidad es el conjunto de caracteres que diferencian a las personas entre sí.
Edward T. Hall propone que la cultura es como un iceberg, ya que engloba conducta, creencias y valores del individuo; y que puede ser adquirida a través de la observación, educación o de la instrucción. Esto vuelve más fácil el aprender y cambiar aspectos en la persona, como costumbres o lenguaje. Entonces, los conceptos de identidad y de cultura son inseparables, por la sencilla razón de que el primero se construye a partir de materiales culturales.
Por otro lado, con el tiempo, los medios de comunicación están en nuestro día a día, se han vuelto gravitantes, e indudablemente influyen de manera directa en la formación de la identidad del usuario. Están presentes en la educación de la nueva generación, moldean gustos, muestran estereotipos, temas de interés y nuevos estilos de vida. Su presencia es casi total que vivir al margen de su influencia es casi imposible, incluso las modalidades tradicionales han tenido que dejarse en el pasado y adaptarse a la tecnología para estar a la par con la sociedad.
En palabras de Kofi Annan, Secretario General de Naciones Unidas, "de lo que se trata no es de lograr más información en más lugares, sino de instaurar una sociedad de la información - abierta y sin exclusiones - en que los conocimientos brinden capacidad a todos los pueblos y sirvan para mejorar la condición humana. Los medios de comunicación son partes interesadas en este empeño y la libertad de la prensa es indispensable para que cumplan su papel fundamental". Los profesionales que trabajan en los medios deben saber que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Una de las características o atribuciones de los medios de comunicación junto con la tecnología, es poder transmitir a escala universal valores homogéneos y estereotipos, de tal manera que traspasan fronteras, y su público se vuelve más uniforme. Esto desata dos puntos principalmente negativos, la expansión de subculturas a nuevas generaciones débiles, así afectando a la cultura y valores sociales; y la conversión de la multiculturalidad a una civilización globalizada.
Javier del Rey en su artículo sobre “La cultura política y la comunicación social en la era de la globalización” más de una vez advierte que “los medios no son la principal instancia” para transformar la cultura política de nuestros países. “Lo primero es el consenso sobre el cambio necesario. Lo segundo es la iniciativa política, desde las aulas, y desde un esfuerzo impulsado por el futuro, en una actitud prospectiva y abierta a los nuevos ámbitos que exige la globalización”.

¿CIUDADANÍA INTERCULTURAL O COSMOPOLITA?

Todo depende del uso que se emplee y el buen aprovechamiento de la inmediatez y accesibilidad de los medios, de esta manera pueden facilitar el proceso de afianzamiento de la identidad cultural, no global, sino local. Para esto, se busca una independización de esta concentración, para orientar adecuadamente el contenido a las comunidades a través del moldeo de los mensajes y contenido.
Destaca la ciudadanía intercultural, que es- de acuerdo con Cotrina(1997:178)- un vínculo de unión entre grupos sociales diversos, “capaz de tolerar, respetar o integrar las diferentes culturas de una comunidad política de tal modo que sus miembros se sientan ‘ciudadanos de primera’”.
En esta, existe la necesidad de revivir la cultura existente, construirla, fomentarla y mantenerla para que el resto de generaciones entienda y siga aprendiendo de esta herencia. La idea es crecer en conjunto y sentirse identificado. No queremos bajas autoestima, ni intolerancia, ni falta de identidad o confianza. Todos somos iguales y todos somos diferentes, y a través del diálogo y las habilidades sociales se puede llegar a una convivencia e interdependencia tranquila.
Para esto, una herramienta esencial es la comunicación intercultural, resultante de la interacción entre individuos de distintas culturas, de una socialización de conocimientos y costumbres diferentes. En la actualidad, se suele distinguir entre dos tipos de comunicación intercultural: la interpersonal, que se produce entre individuos, y la mediada, que se establece entre los medios de comunicación y los miembros de una sociedad. A pesar de esta distinción, ambas están interrelacionadas.
Según M. Rodrigo (1999), para que se produzca una comunicación intercultural eficaz son muy importantes, entre otras cosas, estas cinco actitudes:
  • que los interlocutores estén motivados por conocer la otra cultura y muestren empatía con ella;
  • que tomen conciencia de la propia cultura y sus procesos de comunicación;
  • que presten atención a los elementos que forman parte de la comunicación no verbal,
  • que asuman que el malentendido forma parte de los encuentros interculturales;
  • que se esfuercen por interpretar el sentido y la intención última de las palabras de sus interlocutores.
Por otro lado está la ciudadanía cosmopolita. Ya en su Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, Immanuel Kant relaciona los imperativos categóricos de la universalidad con la misma condición del hombre, quien dada su sociabilidad puede considerarse parte de la comunidad humana. Generaliza nuestra condición, lo que supone que podamos establecer objetivos similares. Por ejemplo, la ciudadanía cosmopolita fue originada hace años, con el fin de establecer esquemas orientados a obtener la paz. Otro hecho es la aceptación y firma de la Declaración Universal de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, garantizando una serie de derechos ciudadanos universales.
Sin embargo aún estamos en proceso. Para su construcción se necesita ética y un nuevo orden en política, economía y sociedad principalmente, que admita la multiplicidad de diferencias y cree las condiciones para lidiar con ello.


Destaca también la tendencia a revalorizar lo nacional, lo propio, lo local, en lo que parece ser una suerte de revancha de las culturas particulares ante el empuje de la globalización.

CONCLUSIÓN:

La sociedad influenciada por la globalización debe ser un ambiente donde culturas conviven en armonía sin influenciar una sobre otra, ninguna es superior, sino, complementaria en el mundo.


·       REFERENCIAS:
  Aguirre, A. (1997). Cultura e identidad cultural. Barcelona: Bardenas.
·         Harris, M. (2011) “Antropología cultural”, Madrid, Alianza Editorial.
·         Moreno, E. (2005) “Comunicación y Sociedad”, Pamplona
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CONTENIDO PROPIO
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lunes, 9 de octubre de 2017

La radio, de solo sonido a herramienta de cambio

El hombre es un ser social. Su necesidad de interactuar y sentirse incluido es constante. Esto lo llevó a buscar y crear diversas formas de comunicación a distancia. Existieron los telégrafos, las cartas, y complacieron, pero los hombres querían más, deseaban sentirse lo más cercano a otro. El sonido todavía no sabía viajar solo. Hasta que nació la radio, independiente de cables, tinta y papel. Como señala Bertolt Brecht: "de repente, se tuvo la posibilidad de decirlo todo a todos".
¿Qué buscaba el hombre? Sentirse comunicado, principalmente voces que le brindaran compañía en toda situación, que le mostraran la existencia de un mundo más allá de su comunidad. Entonces bastaba una máxima estimulación del oído para satisfacer su necesidad social. Aquí resalto la importancia de este sentido, mas no de la presencia física de otras personas para sentirnos "acompañados", pues en la vida hay decisiones propias, como ir en el transporte público para desplazarme en la ciudad, no puedo escoger quiénes suben conmigo, pero sí decido qué emisora escucho con mis auriculares. Porque la radio es eso, es intimidad, no por el contenido que te brinda, sino la manera cómo es transmitido.
Existe el sonido, y a la vez no existe. Son vibraciones calladas que se traducen con ayuda de nuestro oído, y suenan. Un llanto de bebé no suena, ni un volcán, ni la música. Producen ondas y nuestro oído provoca el sonido. El desarrollo del sistema auditivo ha permitido relacionarnos con nuestro entorno, y más esencial aún, con nuestros semejantes, entender y comprender situaciones. Ambas acciones satisfacen la necesidad intrínseca de la sociabilidad del hombre.
Los sonidos transmiten imágenes auditivas, representaciones mentales de lo que captamos del exterior. Desconectamos con el tiempo y el espacio, y es más fácil pasar a la distracción, con solo cambiar de ojos, miramos hacia adentro y dejamos que la imaginación fluya. 
Nuestros oídos son muy sensibles, capaces de vincular sonidos con emociones y sentimientos. Por ejemplo: la bocina de un heladero nos hace sentir la temporada de verano, los grillos a la noche, y la voz de una madre a toda una infancia. Así, el oído es una puerta hacia la imaginación, la liberación de la mente ante la realidad, pues no todo lo que se escucha está pasando instantáneamente. 
La radio, al tener como elemento esencial a la voz, tiene el poder de quitar límites, de hacer volar, de hacer sentir, de hacer vivir. También tiene la ventaja de generar y provocar muchas cosas a la vez. Un medio íntimo, casi privado que juega principalmente con las tonalidades de la voz y la variedad de sonidos del entorno. Si no produce nada en el oyente, no es efectivo. Debe impactar, emocionar, hacer entrar en un clima de confianza para poder abordar los temas que surgen en el día a día.
El proceso va así: las cuerdas vocales generan ondas sonoras, las ondas se vuelven corrientes eléctricas, que pasan a ser electromagnéticas. Estas son captadas por una antena y las reconvierte en corrientes eléctricas. El altavoz traduce éstas en vibraciones sonoras, listas para ser capadas por el oído humano y finalmente decodificado por el cerebro. Entonces,una voz humana usando el tono correcto y el resto de recursos, brinda calidez e identificación correcta de la emoción, a pesar de las mil posibilidades de interpretación que trae la radio consigo.
Enfocarse en un indispensable sentido con tanto potencial, ha sido suficiente para tener gran demanda en la sociedad y perdurar en el tiempo, a pesar de los otros avances de la época. La radio tenía algo diferente, se convertía en otro ciudadano más para lograr una intimidad al charlar contigo, para ser tu compañero en la rutina. Recurría al estilo coloquial, descriptivo, y al tono adecuado para darse a entender y ser parte de la sociedad, pero con más carácter diferenciado y valentía para otras cosas. Promueve la alegría como gesto de naturalidad y se aferra a esta herramienta para conectar con las personas. Por eso la gente recurre a ella, para distraerse y encontrar un cómplice, y cambia de emisora si esta no le da lo que desea en el momento. La audiencia no suele ser masoquista.
Desde sus inicios, la radio ha sido musical por su programación. La música participa en generar emotividad, pues se puede llegar a evocar muchos momentos y se siente en la piel. Además te lleva a conocer partes del mundo desconocidas, es su enfoque cultural. Así también relacionamos la música con lugares, como una samba al festival de Río de Janeiro.
Hace unos días, escuchaba atentamente una radio francesa en línea (sí, la tecnología no le ha quitado protagonismo a la radio, la ha complementado), y sucedió algo curioso. El programa dio un espacio a una radio local de Brasilia para una pequeña presentación donde puedan mostrar un poco de su cultura a través de la música. Los locutores brasileros dieron una introducción y explicaron un poco cómo es su ciudad, los instrumentos que en un rato sonarían, y en paralelo, un traductor portugués-inglés en tiempo real haciendo su trabajo. Fue inesperado e increíble escuchar y sentir culturas compartiendo en un mismo espacio para todo el mundo.
Al mezclar estos diversos elementos (voz, sonidos y música), el despegarse de la radio se hace algo imposible, uno ya está enganchado al medio, y ya lo siente parte del entorno y crea otro mundo a partir de este. Lo que se debe ganar es la imaginación, no importa mucho el tiempo. Pero no debe quedar ahí, en la única participación de la radio. Se requiere de la sociedad para que siga funcionando, para que se siga sabiendo qué transmitir, pues la radio trabaja con el pueblo, y este bien sabe lo que necesita. Por eso se utiliza un lenguaje claro y sencillo, orientado al hablar común de la gente, para que una apropiación adecuada del contenido radiofónico exista. La idea es facilitar este grandioso proceso. Si se usan palabras demasiado cultas, se puede caer en la humillación de los oyentes.
La radio es un transfusor de conocimiento, y es un arma de doble filo. Cumple la función de educar, pero sin una buena utilización, se puede caer en un posible gran desorden social, tanto por una distorsión de valores como por desinformación. Como señalo anteriormente, la radio busca ser uno más del resto, y se comporta como tal. Tiene como deber presentar una buena y correcta imagen, y compartir contenido de interés común.
Aquí aparece la radio comunitaria, promoviendo la participación ciudadana a través de todo lo mencionado anteriormente para llegar a una apropiación y después al empoderamiento. Se quiere desarrollar a las comunidades, defender sus intereses y solucionar de forma más asertiva los problemas. La radio funciona como un espejo, con todas las características de un individuo, así el reconocimiento de lo que falla y falta en la sociedad se hace más fácil. La radio escucha y plasma, y el oyente habla. Se enfoca en mostrar la diversidad, la heterogeneidad existente en la población elegida. Y no queda ahí. Se quiere conseguir la tolerancia y respeto, del pueblo para el pueblo.
Según la Alianza de Radios Comunitarias de Canadá, ARC, la radio comunitaria es un difusor cultural adaptado perfectamente al contexto de la francofonía canadiense. Sus ondas reflejan la realidad cultural: canciones, música, escritura, de la población francófona a la que sirven. Las radios comunitarias son los mejores estandartes de nuestra cultura.
No hay intereses económicos, a pesar de que de esta dependa su sostenibilidad. Su finalidad es distinta, todo el trabajo dispuesto a realizarse va para el servicio a la comunidad, en influir en la opinión pública, de hacer reflexionar y descubrir cuáles son las problemáticas constantes, de crear soluciones a estas, de ampliar la democracia, de construir comunidad.
Para lograr la sostenibilidad de estas radios, son necesarios tres factores: económico, social e institucional. En lo económico, se busca financiar las actividades, mantenimiento de equipos, y encontramos principalmente la solidaridad internacional. Son los países europeos  quienes apoyan con financiamiento, y comienzan con las iniciativas, ya que en los países del Tercer Mundo como el nuestro, las radios no son prioridad. En lo social, hablamos del apoyo de la comunidad, debe existir una correcta apropiación del contenido radiofónico, y este, a la vez, debe dar lo que el pueblo necesita, basándose en sus intereses y problemáticas actuales. También se menciona la pertinencia cultural y lingüística. No se trata de cambiar radicalmente una comunidad, sino de reforzar su identidad. Y finalmente la sostenibilidad institucional. A pesar de la multiplicación de las radios comunitarias en Latinoamérica, no se ha llegado a la legalización de la mayoría, pues existe el miedo de las grandes radios de ser amenazadas con perder su poder.
El sonido es poderoso, y lo que lo transporta lo es más, porque es capaz de darlo a conocer en todos lados, de educar, de compartir. Y más allá de la función de acompañamiento de la radio, también es herramienta de solución, de mejora, en este caso, de desarrollo.

Referencia:
http://www.tallerderadio.com.ar/recursos/material-didactico/22-el-medio-radiofonico/147-las-cuatro-etapas-historicas-de-la-radio
https://www.xatakahome.com/ocio/historia-de-la-radio-i-origenes-y-primeros-receptores
http://www.amarc.org/?q=es/node/131
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/tesis/human/sabrera_o_s/cap3.htm
http://tesis.uson.mx/digital/tesis/docs/10622/Capitulo2.pdf